
Ayer en la noche, tras muchos esfuerzos por la pésima calidad de la 3G en Cuba, logré comunicarme con mi familia via video llamada. Esta es la única forma mediante la cual miles de cubanos exiliados tenemos a mano para poder acceder a la familia y los amigos.
Nadie imagina cuán difícil resulta para un exiliado esta situación. El no poder regresar más a su tierra, a su país, a su patria, y el no poder estar cerca de sus seres más queridos, de los amigos, son algunos de los sacrificios que pagamos los disidentes, por creer en el mejoramiento humano, por pensar que una Cuba mejor es posible, por desmentir a diario a un gobierno totalitario y manipulador que durante 60 años ha hecho de Cuba un barco a la deriva, un experimento fallido, un pedazo de tierra añorado por los turistas que la visitan, y despreciado por su propio pueblo, en especial por las nuevas generaciones de cubanos que no rebasan los 30 años, empeñados en buscar medios y alternativas para abandonar su país, en busca de esperanza y de una vida y un futuro mejor.
La conversación con mi madre ayer me partió el corazón, y me dio, a su vez, la fuerza y la inspiración para escribir este artículo muy personal, y a modo de reflexión.
Lo que ayer me contaba mi madre, estoy seguro que es lo mismo que cuentan millones de otras madres desde Cuba a sus familiares en el exterior: la escasez de alimentos básicos, la falta de medicinas en las farmacias para dar respuesta a los tratamientos médicos, los nuevos apagones que se avecinan y que ya fueron pronosticados…

Tomado de internet
Esto lo vemos y escuchamos a diario en las noticias, en los memes, en los facebook-lives, pero oirlo y escucharlo desde la voz de tus propios familiares y de tus amigos, es una sensación muy extraña, independientemente de que todos los que nacimos en Cuba lo hayamos experimentado también.
Confieso que el primer sentimiento que surgió en mí, después de haber finalizado la video llamada con mi madre, fue el de la impotencia, continuado por el de la frustración, y después le siguieron el de la preocupación, la furia… y terminé con lágrimas que brotaban de mis ojos.
Y me pregunto: ¿a quién culpo de que mi familia, mis amigos y el pueblo de a pie de Cuba esté transitando por esta caótica situación, que apenas comienza y que va a empeorar? ¿Cuál es la solución para que mi familia, mis amigos y los cubanos de a pie dejen de pasar estos trabajos y puedan vivir una vida decente, digna y con garantías, como seres humanos y no como simples peones de un juego de ajedrez entre el gobierno de Trump y el régimen de La Habana ? ¿ Tendrá un final feliz esta historia?

Tomado de Internet
Cada cual responderá a estas preguntas de distintas maneras, quizás de forma más subjetiva que objetiva. Yo, en lo particular, aún no tengo las respuestas exactas, por lo que sólo me atreveré a expresar una opinión desde lo particular, desde mi experiencia, y si con ello ayudo a que ustedes, lectores, reflexionen, y puedan obtener las respuestas más justas, transparentes y sinceras a estas preguntas, entonces me sentiré una persona afortunada y agradecida con la vida.
Empezaré por la parte de que soy disidente, exiliado, apoyo el llamado a la acción cívica para una transición pacífica en la Isla hacia la democracia, hacia un cambio de gobierno, de sistema económico, político y social, pero soy ante todo, y esto quiero que lo tengan muy presente, defensor de los derechos humanos.
Soy el primero en denunciar al gobierno de Cuba. No me canso de hacerlo. Incluso soy de los que afirman la idea de que desde los inicios de la llamada “revolución cubana”, Fidel Castro y sus dirigentes confeccionaron a gran escala un autodenominado “enemigo histórico del pueblo cubano y de su revolución”: el gobierno de los Estados Unidos, a tal punto de que ese ha sido el pilar fundamental y la excusa perfecta para llevar a cabo todos los experimentos económicos, sociales y políticos fallidos del régimen de Cuba, donde los únicos beneficiarios han sido siempre la cúpula gobernante de los Castros, sus altos militares y familiares y amigos más allegados, y del otro lado, los políticos del Norte.

Tomado de Internet
Porque todo se ha tratado, desde un principio, y como mencioné anteriormente, de un gran juego entre ambos bandos, sin llegar aún al jaque mate, y donde, sin embargo, se sacrifican valiosas piezas, no sin antes ser los peones ( mi familia, tu familia, mis amigos, tus amigos, los cubanos de a pie) los primeros en ser eliminados, los primeros que sufren las consecuencias de este gran enfrentamiento, y los que son utilizados para que piezas más “valiosas” no sean sacadas del juego.
La verdad es que en Cuba hay una cúpula de poder que ha robado y ha engañado al pueblo cubano. Una dictadura disfrazada de ” socialismo y humanismo”, que viola derechos humanos, y con esto resumo para no hacer muy extensivo este artículo.
Por otra parte, desde el Norte, tenemos a gobiernos tanto demócratas como republicanos, que han construido un gran país, con muchas libertades, las cuales son impensables en Cuba. Gobiernos que sí han querido acabar con la amenaza que constituye el Castrismo y el “populismo” para la democracia y la estabilidad regional, pues no es secreto para nadie que Cuba es exportadora de ese sistema de esclavitud del siglo 21 llamado “populismo”.
Tampoco es menos cierto que los Estados Unidos le abrió los brazos a una comunidad de exiliados cubanos en un momento crucial de la historia de Cuba, apoyándolos y brindandoles una vida digna como seres humanos, personas que eran perseguidas y maltratadas en Cuba por pensar distinto.
En los años 90s, los gobiernos de los EE.UU intensificaron sus políticas de cerco económico hacia la Isla para aislar y asfixiar al gobierno cubano, siendo nuevamente el pueblo cubano el más perjudicado, porque quien más triunfante y fortalecido terminó en ese duelo, fue el gobierno cubano, esos que hoy dominan a Cuba, esos que hoy guardan en cuentas bancarias en el exterior, millones y millones, para huir si el juego finalmente llegase a la etapa de jaque mate, por supuesto, luego de que todos sus peones hayan sido sacrificados.
El régimen cubano desde entonces comenzó a emplear otra justificación para promover más ensayos y experimentos que siempre son fallidos para ver alcanzar beneficios para los cubanos, no así para los que gobiernan la Isla, me refiero al embargo de los Estados Unidos contra el gobierno de Cuba, el cual este último hace llamar bloqueo yanqui contra el pueblo cubano.
Igualmente, hay una doble moral por parte del régimen cubano, y sus admiradores, quienes critican al “Norte Revuelto y Brutal”, y son los primeros en beneficiarse de los privilegios que ofrece el capitalismo de los Estados Unidos, y del dinero de las remesas familiares enviado a la Isla por los cubanos del exterior, y que no sólo mantienen a muchas familias cubanas, sino que es uno de los sostenes de la economía y del régimen cubano.

Tomado de Internet
Luego 2014 trajo un inicio de nuevas relaciones diplomáticas entre ambas partes, bajo la guía de Obama y Raúl Castro.
Nuevas esperanzas para el Mundo, pero en especial para los pobres, necesitados y cansados de promesas falsas cubanos de a pie. Se pensó que muchas cosas finalmente cambiarían. Se avisoraba un futuro promisorio para Cuba, una nueva era, un renacer…Nada más alejado de la realidad.
En Cuba nada cambió, el pueblo continuaba pasando trabajos y aferrados a un futuro desesperanzador, mientras los altos dirigentes continuaban enriqueciéndose a costa del sudor del pueblo.
La educación, la salud y muchas otras “conquistas sociales” en Cuba son ejemplos para el Mundo entero, idea falsa vendida por el gobierno cubano y promovida por organismos internacionales de reconocido prestigio como ONU, UNICEF, UNESCO, OMS, FAO…

Tomado de Internet
2018 llegó como otro año esperanzador y prometedor para el Mundo y los cubanos. El arribo a la presidencia de Miguel Díaz-Canel, aún sin ser elegido por el pueblo, marcaba el fin de la era de los Castros en el poder. Se pensó que otros aires correrían en Cuba. Muchas falsas ilusiones porque nada cambió, todo lo contrario, todo empeoró. El propio Canel lo reafirma a diario “Somos Continuidad”, y mientras en Cuba se sea continuidad de los Castros, y del populismo, el pueblo cubano de a pie nunca verá asomarse la luz.

Tomado de Internet
Se aprobó una nueva Carta Magna en Cuba que no sólo reafirma aún más esa continuidad de la que les mencionaba, sino que echa por tierra cualquier esperanza de cambio político, social y económico en Cuba. Es un escudo protector para que la dictadura cubana haga y deshaga descaradamente y ante los ojos del Mundo lo que les plasca sin ser cuestionados ni molestados.

Tomado de Internet
Ante esto, el gobierno de Trump se ha pronunciado, y ha revivido la muy empolvada “guerra fría” contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, y mirando con recelo a Rusia, China y Corea del Norte.
Comprendo perfectamente que urge llevar a cabo una acción para acabar con las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua en la región. Comprendo que el diálogo y las negociaciones con las dictaduras es letra muerta, pero, ¿son en realidad el recrudecimiento de todas estas medidas la solución al problema de Cuba?
Nada más ver el ejemplo de Venezuela. Un país que cuenta con una fuerte y organizada oposición, con un líder contrario a Maduro, quien fue reconocido como presidente por las naciones más poderosas del Planeta, y que cuenta igualmente con el apoyo de casi la totalidad de la población venezolana, y aún así, nada se ha logrado.
Se habla mucho de que Cuba lo que necesita es un despertar de su pueblo, que se lancen a la acción, que exijan, que reclamen… Pudiera ser, pero volvamos al ejemplo de Venezuela, con un contexto extraordinario para el estallido social, para la acción, donde el pueblo venezolano en casi su totalidad ha luchado incansablemente, se han lanzados para las calles, han protestado,…y nada ha ocurrido.
Todo lo contrario, hoy Venezuela enfrenta una crisis humanitaria de grandes proporciones, un país arruinado, envuelto en la lucha de varios poderes que se disputan el futuro de esa nación, un país donde hermanos se enfrentan contra hermanos por diferencias de pensamientos, donde se mata por comer, por sobrevivir, donde el instinto de supervivencia y el “salvese quien pueda” es lo que controla las mentes de la mayoría, donde mueren a diario cientos de niños y ancianos por enfermedades…Y como siempre, el pueblo de a pie, el indefenso, es el que sufre estas terribles consecuencias, no los que empujan desde el alto mando a hacer sacrificios.
Es un asunto que por más que se piense, menos solución se le encuentra. Y al final, ¿quién le pone cascabel al gato?, ¿quién garantiza que esas acciones tan radicales contra el gobierno cubano acaben definitivamente y de forma rápida con el poder y la tiranía de los Castros y sus aliados, si en 60 años no se ha logrado nada?, ¿quién impide que el pueblo cubano sea el verdadero perjudicado? ¿ quién me da garantías personales de que mi madre, familiares y amigos, y el pueblo de Cuba en general no pasarán hambre y necesidades?
Ningún pueblo del Mundo merece lo que hoy viven los ciudadanos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
No dejo de pensar en el destino de Cuba, en que la próxima vez que logre hablar con mi madre, una mujer mayor, arribando a los setenta cumpleaños, maltratada por las visisitudes de la vida en Cuba, me oculte, para no preocuparme, que quizás no pudo conseguir un huevo, y tuvo que acostarse a dormir tan solo con un poco de arroz en su estómago, si apenas logra dormir.

Foto tomada de Internet
Pienso en todos esos ancianos y niños indefensos que no tendrán que comer, que apenas descansarán cuando les falte la luz en las noches expuestos a altas temperaturas y a las odiadas e infecciosas picaduras de mosquitos.
Me preocupa que mi madre, mi familia, mis amigos, y todos los cubanos, sean los primeros peones en ser sacrificados en este gran juego de ajedrez entre el gobierno de Cuba y el gobierno de los Estados Unidos.
Por Franklyn Varela Delgado